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viernes, 3 de abril de 2020

Predicación de Juan el Bautista.


Pasaje: Mateo 3:1-12 | Lucas 3:1-20.
Título: Predicación de Juan el bautista.

Lo último que supimos acerca de Jesús durante su juventud, es que había crecido en la ciudad de Nazaret,  que durante su infancia y juventud estuvo sujeto a sus padres,  y que crecía en sabiduría, en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Mateo 2:23.

Después de esto, en el año decimoquinto del imperio de Tiberio Cesar, siendo gobernador de Judea poncio Pilato, y Herodes el tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe el tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite,  y Lisania Tetrarca de Abilinia, y siendo sumo sacerdote Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías en el desierto. (Lucas 3:1-2).

Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito de el en las palabras del profeta Isaías,  que dice:

Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Todo valle se llenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos, y los caminos ásperos allanados; y verá toda carne la salvación de Dios. (Lucas 3:3-6).

Estos primeros versículos de Lucas capitulo tres, nos ayuda a entrar en contexto, y es muy específico al ubicar en que momento de la historia ocurrieron cada uno de los hechos referentes a Jesucristo, si quieres saber, en que momento de la vida de Jesucristo Juan empezó a predicar en el Jordán para preparar el Camino del Señor Jesús, solo necesitas buscar, que año después de Cristo fue el año decimoquinto del imperio de Tiberio Cesar.

La historia dice, que Tiberio Cesar, comenzó a gobernar en el año 14 después de Cristo, y el texto de Lucas nos cuenta que Juan comenzó a predicar en el año 15 del reinado de Tiberio Cesar, si le sumamos 15 años a 14 después de Cristo, el resultado nos da 29 años, esto nos indica que tal vez Juan comenzó a predicar en el Jordán cuando Jesús tenia aproximadamente 29 años, un año antes de que Jesús comenzara su ministerio.

La meditación de hoy se trata de la predicación de Juan el bautista, por eso es muy importante conocer quién es el que testifica o predica. Veamos un repaso de lo que hemos visto acerca de Juan.

Juan el Bautista era hijo del sacerdote Zacarías, y de Elizabet, que era descendiente de Aarón, el linaje de Juan el Bautista era sacerdotal, era del linaje de Aarón, por lo que legalmente Juan el Bautista, tenía todos los derechos sacerdotales de la clase de Aarón. Además, Juan era pariente de Jesús, debido a que su madre Elizabet, y María la madre de Jesús eran parientes.

Juan Nació como el resultado de un milagro, sus padres eran ancianos y estériles cuando Juan nació,  el nacimiento de Juan  el Bautista fue anunciado por el ángel Gabriel, decía el ángel: “Porque será grande  delante de Dios, no beberá, vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel, se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de el con el espíritu y el poder del profeta Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” Lucas 1:15-17.

Desde antes del vientre de su madre, ya Dios tenía un propósito grande para la vida de Juan el Bautista. Juan el Bautista no era un hombre común, la gracia de Dios estaba sobre él,  la biblia cuenta que era grande delante de Dios, Juan, era un sacerdote delante de Dios. Desde el vientre de su madre, Juan fue lleno del Espíritu Santo,  y durante su infancia y su adolescencia, El niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desierto hasta el día de su manifestación a Israel.

Juan pasó toda su vida en el desierto, creciendo, desarrollándose, preparándose, para cumplir su propósito, y el día de su manifestación a Israel ya había llegado, cuando comenzó a predicar en el año decimoquinto  del gobierno de Tiberio Cesar. Frente a este escenario, veamos entonces el testimonio de Juan el Bautista. Cuenta la biblia:
En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el  desierto de Judea, y diciendo: 
Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado.

¿Qué significaban estas palabras?
Arrepentimiento es un cambio de actitud, de darle la espalda al pecado y dar un giro de 180 grados y volverse hacia Dios, es un cambio de mente y corazón. Juan estaba predicando, en el desierto, que debían cambiar su manera de pensar, que era necesario un cambio de actitud en la mente y corazón. Y seguidamente dice la razón, por la que debían volverse hacia Dios.

Porque el Reino de los cielos se había acercado. ¿Qué significaba esta frase? Que el Rey prometido por Dios, ya estaba cerca, y ese rey era Jesús. Jesús es el Rey de los cielos, y con la venida de Jesús venia también el reino de los cielos. En otras palabras, los que Juan estaba diciendo era, cambien su manera de pensar, vuélvanse hacia Dios, porque Jesús el rey de los cielos se ha acercado.

Juan no solo estaba testificando o predicando, Juan estaba anunciando la venida de alguien muy importante, la venida del Rey de los cielos, el Rey de los cielos estaba cerca y había que estar preparado para recibirlo en su llegada. Es de esta forma, que Juan estaba preparando el corazón del pueblo de Israel para la venida de Jesús el Rey de los cielos.

Un arrepentimiento verdadero requiere humildad, para reconocer nuestra condición, para reconocer nuestra debilidad y nuestra necesidad de un cambio. Sin humildad, es imposible un arrepentimiento genuino. Juan estaba diciéndole a la gente, que debían ser humildes, para poder cambiar su forma de pensar, para recibir al Rey, Juan le estaba diciendo, si ustedes quieren recibir al Rey, es necesario que cambian su forma de pensar, que experimenten un cambio de mente y corazón. Deben reconocer que no son perfectos, deben reconocer que necesitan de Dios. Y solo así, podrán recibir al Rey de los cielos.
Juan era la voz que clama en el desierto, era quien preparaba el camino del Señor Jesús, el que enderezaba su senda.

Todo rey tiene un heraldo, un heraldo es un mensajero de un rey, es un mensajero que anuncia la llegada de un Rey, un heraldo siempre va delante del rey, preparando su camino, antes de que un rey, llegara a un pueblo o ciudad, entraba primero el Heraldo, y anunciaba la llegada del rey, de esta forma todos los que estuvieran presente se preparaban para recibir al Rey en su llegada, Jesús es el Rey de los cielos, y Juan el Bautista era el Heraldo del Rey que anunciaba su llegada, y preparaba el corazón del pueblo para recibir con humildad a Jesús y esto lo hizo con su mensaje de arrepentimiento.
En Mateo 3:4, se describe como Juan estaba vestido, y el estilo de alimentación que llevaba. Juan era hijo del sacerdote Zacarías, como tal habría podido tener la oportunidad de llevar una dieta más variada  y vestirse con todos los lujos y ornamentos de un sacerdote, en cambio, Juan vivió con mucha sencillez en cuanto a su vestimenta y a su alimentación, pudo haber transmitido su mensaje en el templo y en las sinagogas, en cambio, lo transmitió en el desierto, a las orillas del rio Jordán, al aire libre, donde todo mundo independientemente de su clase social o credo, pudiera tener acceso a su mensaje.

Lo impresionante es que en medio de su humildad y su sencillez, la gente podía ver la genuinidad y sinceridad del mensaje de Juan, pudo haber otras personas sencillas en su estilo de vida, Pero, Juan tenía algo especial, y era que estaba lleno del Espíritu Santo, había poder y palabra de Dios en él, Juan llevaba un estilo de vida conforme a las palabras que predicaba. Y para todos era evidente que Juan tenía un mensaje de parte de Dios, por eso, los de Jerusalén, toda Judea y toda la provincia alrededor de Jordán, venía a donde estaba Juan.

Juan predicaba, en el desierto que era necesario el arrepentimiento. Cuando las personas  escucharon su mensaje, reconocieron que eran pecadores y que necesitaban un cambio, el bautismo de Juan era una señal, en la que quienes aceptaban el bautismo, estaban reconociendo, su necesidad de Dios.

Esto nos enseña que en el arrepentimiento Verdadero, es necesario reconocer en nuestra mente y corazón, que necesitamos volver a Dios y darle la espalda al pecado. Sin embargo, las personas no solo se bautizaban reconociendo su necesidad de Dios, sino que también confesaban sus pecados. Esto nos enseña que no solo es importante reconocer nuestros pecados, sino que también es necesario confesarlos con nuestra boca a Dios.

Muchas personas, saben que están mal, saben que están pecando, pueden reconocer en su interior que necesitan darle la espalda al pecado, y que necesitan buscar a Dios. Pero, no buscan a Dios, no hablan con Dios, no le expresan su necesidad, no tienen la suficiente humildad para confesarles con su boca sus pecados y pedirle perdón. Dios quiere darle paz y perdón a su alma.  Pero es necesario que las personas confiesen delante de Dios sus pecados así, como lo hicieron las personas que eran bautizadas por Juan.

Mucha gente venía a ver a Juan predicar, entre ellos estaban los religiosos de ese tiempo entre ellos los fariseos y saduceos. En Mateo 4:7. Se nos cuenta que estos venían a su bautismo, es evidente que lo hicieron con las motivaciones incorrectas. 

Juan, al ver que muchos de ellos venían a su bautismo, les decía: Generación de Víboras, ¿Quién os enseño a huir de la ira venidera?

¿Qué significaban estas palabras? ¿Quién os enseño a huir de la ira venidera?

Antiguamente,  cuando se formaban incendios forestales,  se logreaba ver a las serpientes huyendo de entre los matorrales por el fuego. Las serpientes huían del fuego, pero no cambiaban su naturaleza. Seguían siendo víboras.

Los fariseos, eran muy religiosos y legalistas, y algunos de ellos eran hipócritas, se escudaban bajo una máscara de religiosidad, pero, en su interior, estaban llenos de orgullo. Muchos de ellos seguían el camino de la religiosidad, para salvarse, pero, al igual que las víboras no experimentaban un verdadero cambio. Por esto Juan los compara, como Víboras.

Hoy en día, en nuestras iglesias. Hay muchas personas que se comportan como los fariseos, que por llevar un estilo de vida religioso, haciendo buenas obras, sirviendo en un ministerio, piensan que están bien delante de Dios. Realmente, Nada de esto tiene sentido, si no son humilde para reconocer su necesidad de Dios, si no reconocen sus faltas, si no confiesan sus pecados. Estas personas se comportan como Víboras que buscan huir de la ira venidera a través de buenas obras. Estas personas necesitan saber que necesitan experimentar un cambio de actitud. Que necesitan arrepentirse.

Muchas personas intentan, huir de la ira de Dios, como lo hacían los fariseos, comportándose como víboras. Pero, Juan explico, que en el arrepentimiento verdadero, no podemos seguir comportándonos como víboras, tenemos que dar una muestra de un verdadero cambio, a lo que juan llamo: Frutos dignos de arrepentimiento.

Algunas personas, reconocen sus pecados, sienten pesar por haber pecado, confiesan sus pecados, piden perdón, todo esto es necesario en el arrepentimiento. Pero, también es necesario, hacer frutos dignos de arrepentimientos, esto significa que después de haber hecho todo lo anterior, la persona debe tomar la decisión, de darle la espalda al pecado, y de luchar con todo para cambiar.

Los fariseos, no estaban dispuesto a cambiar de actitud frente al pecado. Por esto, Juan les dice: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Mateo 3:8-9.

Los fariseos, pensaban que por ser descendientes de Abraham, estaban bien delante de Dios. Hoy en día, muchas personas en nuestras iglesias también viven engañadas, al pensar que están a salvo, porque tienen a familiares consagrados,  abuelos, padres, tíos, primos, hijos o hermanos. O que piensan que están bien delante de Dios, porque nacieron y se criaron, con la cultura y el sistema de la iglesia. También, estas personas al igual que los fariseos, necesitan saber que es necesario experimentar un cambio de actitud.

A medida, que se acerca el final de la predicación de Juan en Bautista en Mateo 3:10, Juan dice: Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.


Esto no es un juego, es algo muy serio. Juan explico, que el tiempo se acaba, si la persona, no da frutos de arrepentimiento llegará el tiempo que esa persona será cortada de la tierra, y será echada en el fuego.

Juan finaliza su predicación con este mensaje: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará”. Mateo 3:11-12.

El heraldo, la voz en el desierto, concluyo su mensaje diciendo que nuestro Señor Jesucristo, el rey, que venía tras él, era más poderoso que Juan, Jesús el rey bautizará con Espíritu Santo y fuego. Y que Jesús el Rey, el juez justo, separará a los que dan frutos de arrepentimiento de los que no, a los que son trigo, los limpiará, los recogerá en su granero, y a los que son paja, que no dan frutos de arrepentimiento los echará en el fuego que no se apagará.


Esto nos enseña acerca de Jesús:
  • ·         Que Jesús es el Rey.
  • ·         Que Jesús bautiza con Espíritu Santo y fuego.
  • ·         Que Jesús es justo, y hará justicia.


Para reflexionar y meditar:
·         ¿Has recibido y creído en Jesús el Rey, como el Señor y salvador de tu vida? ¿Cómo sabes que si? ¿Cómo sabes qué no?

·         ¿Te cuesta reconocer tus faltas, tus errores o tus pecados? ¿Cómo sabes cuándo cometes una falta a Dios o a otros? ¿con que frecuencia te das cuenta que fallas?

·         Cuando te das cuenta que has fallado. ¿Sientes dolor o pesar por tu falta? Habla con Dios y pregúntale ¿En que he fallado? Toma tiempo para meditar. Cuando tengas la respuesta. Piensa: ¿Cómo me hace sentir esta falta?

·         ¿Eres humilde para reconocer tus pecados delante de Dios y de tu prójimo a quien le hayas fallado? ¿Cómo sabes que si? ¿Cómo sabes qué no? Autoanalízate, se sinceró contigo mismo y con Dios. Si no logras encontrar tus fallas, pídele a alguien maduro, que te conozca, que sea sincero contigo y que te diga en qué áreas de tu vida a la luz de la palabra de Dios necesitas cambiar.

·         Piensa, en tus debilidades, en las áreas donde eres propenso a fallar. ¿Estás dispuesto a renunciar a los malos deseos que el mundo ofrece, a los malos deseos de tu corazón. A los malos pensamientos de tu mente, a las pasiones desordenadas de tu cuerpo, a morir a ti mismo para vivir para Cristo? ¿Cuándo lo vas hacer? ¿Cómo lo vas hacer?

·         ¿Entiendes la gravedad de no tener una actitud de arrepentimiento que caracteriza a los hijos de Dios, de dar frutos dignos de arrepentimiento? ¿Entiendes que Dios es amorosamente justo, y que cada día es una oportunidad que Dios da para cambiar, pero, que si la persona no cambia recibirá el juicio y la ira de Dios?





11 comentarios:

  1. ¿Desde donde nos visitas?

    Hay personas de Irlanda, Alemania, República Dominicana, Estados Unidos, México, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Guatemala, Puerto Rico, España, Bélgica, India, Egipto, Ecuador. Y de otros lados del mundo.

    Me gustaría conocerlos y orar por ustedes.

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  2. Bendiciones Juan Pablo
    La Palabra de Dios no volverá vacía

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    1. Dios le bendiga. Muchas gracias por su aporte. No puedo ver quien me escribe. ¿Podría por favor decirme su nombre?

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  3. Amén. Grandioso mensaje Juan Pablo, Dios te continúes bendiciendo cada día más.

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  4. Gracias por esta enseñanza sobre el verdadero arrepentimiento.

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    1. Muchas gracias Anair, por tomarte el tiempo de leerlo y comentarlo. Es mi deseo que sea de bendición. Gracias por tu apoyo.

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  5. Dios te bendiga y siga preparando tu vida y tu ministerio en la evangelización,saludos. Abel.

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    1. Hola mi hermano, muchas gracias por tu apoyo, al tomarte el tiempo de leerlo y comentar. Eso ayuda mucho.

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  6. Amén, maravilloso mensaje. Gracias por mostrar esta impresionante enseñanza sobre el arrepentimiento y ayudarnos a ver la necesidad de vivir continuamente arrepintiendonos día tras día. Dios te siga bendiciendo.

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  7. Muchas gracias por tu comentario. La verdad es de mucha bendición sus palabras. Me animan ha seguir compartiendo estas enseñanzas. Dios le bendiga.

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