Pasaje: Mateo
3:1-12 | Lucas 3:1-20.
Título: Predicación de Juan el bautista.
Título: Predicación de Juan el bautista.
Lo último que supimos acerca
de Jesús durante su juventud, es que había crecido en la ciudad de
Nazaret, que durante su infancia y
juventud estuvo sujeto a sus padres, y que crecía en sabiduría, en estatura, y en
gracia para con Dios y los hombres. Mateo 2:23.
Y
él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo de
arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito de el en las palabras
del profeta Isaías, que dice:
Voz
que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas.
Todo valle se llenará, y se bajará todo monte y collado; los caminos torcidos,
y los caminos ásperos allanados; y verá toda carne la salvación de Dios. (Lucas
3:3-6).
Estos primeros versículos de
Lucas capitulo tres, nos ayuda a entrar en contexto, y es muy específico al
ubicar en que momento de la historia ocurrieron cada uno de los hechos
referentes a Jesucristo, si quieres saber, en que momento de la vida de
Jesucristo Juan empezó a predicar en el Jordán para preparar el Camino del
Señor Jesús, solo necesitas buscar, que año después de Cristo fue el año
decimoquinto del imperio de Tiberio Cesar.
La historia dice, que
Tiberio Cesar, comenzó a gobernar en el año 14 después de Cristo, y el texto de
Lucas nos cuenta que Juan comenzó a predicar en el año 15 del reinado de
Tiberio Cesar, si le sumamos 15 años a 14 después de Cristo, el resultado nos
da 29 años, esto nos indica que tal vez Juan comenzó a predicar en el Jordán
cuando Jesús tenia aproximadamente 29 años, un año antes de que Jesús comenzara
su ministerio.
La meditación de hoy se
trata de la predicación de Juan el bautista, por eso es muy importante conocer
quién es el que testifica o predica. Veamos un repaso de lo que hemos visto
acerca de Juan.
Juan el Bautista era hijo
del sacerdote Zacarías, y de Elizabet, que era descendiente de Aarón, el linaje
de Juan el Bautista era sacerdotal, era del linaje de Aarón, por lo que
legalmente Juan el Bautista, tenía todos los derechos sacerdotales de la clase
de Aarón. Además, Juan era pariente de Jesús, debido a que su madre Elizabet, y
María la madre de Jesús eran parientes.
Juan Nació como el resultado
de un milagro, sus padres eran ancianos y estériles cuando Juan nació, el nacimiento de Juan el Bautista fue anunciado por el ángel
Gabriel, decía el ángel: “Porque será
grande delante de Dios, no beberá, vino
ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará
que muchos de los hijos de Israel, se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá
delante de el con el espíritu y el poder del profeta Elías, para hacer volver
los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de
los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” Lucas 1:15-17.
Desde antes del vientre de
su madre, ya Dios tenía un propósito grande para la vida de Juan el Bautista.
Juan el Bautista no era un hombre común, la gracia de Dios estaba sobre
él, la biblia cuenta que era grande delante
de Dios, Juan, era un sacerdote delante de Dios. Desde el vientre de su madre,
Juan fue lleno del Espíritu Santo, y
durante su infancia y su adolescencia, El
niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desierto hasta el
día de su manifestación a Israel.
Juan pasó toda su vida en el
desierto, creciendo, desarrollándose, preparándose, para cumplir su propósito,
y el día de su manifestación a Israel ya había llegado, cuando comenzó a
predicar en el año decimoquinto del
gobierno de Tiberio Cesar. Frente a este escenario, veamos entonces el testimonio
de Juan el Bautista. Cuenta la biblia:
En
aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo:
Arrepentíos porque el reino de los cielos
se ha acercado.
¿Qué significaban estas
palabras?
Arrepentimiento es
un cambio de actitud, de darle la espalda al pecado y dar un giro de 180 grados
y volverse hacia Dios, es un cambio de mente y corazón. Juan estaba predicando,
en el desierto, que debían cambiar su manera de pensar, que era necesario un
cambio de actitud en la mente y corazón. Y seguidamente dice la razón, por la
que debían volverse hacia Dios.
Porque el Reino de los cielos se había acercado.
¿Qué significaba esta frase? Que el Rey prometido por Dios, ya estaba cerca, y
ese rey era Jesús. Jesús es el Rey de los cielos, y con la venida de Jesús
venia también el reino de los cielos. En otras palabras, los que Juan estaba
diciendo era, cambien su manera de pensar, vuélvanse hacia Dios, porque Jesús
el rey de los cielos se ha acercado.
Juan no solo estaba
testificando o predicando, Juan estaba anunciando la venida de alguien muy
importante, la venida del Rey de los cielos, el Rey de los cielos estaba cerca
y había que estar preparado para recibirlo en su llegada. Es de esta forma, que
Juan estaba preparando el corazón del pueblo de Israel para la venida de Jesús
el Rey de los cielos.
Un arrepentimiento verdadero
requiere humildad, para reconocer
nuestra condición, para reconocer nuestra debilidad y nuestra necesidad de un
cambio. Sin humildad, es imposible un arrepentimiento genuino. Juan estaba
diciéndole a la gente, que debían ser humildes, para poder cambiar su forma de
pensar, para recibir al Rey, Juan le estaba diciendo, si ustedes quieren
recibir al Rey, es necesario que cambian su forma de pensar, que experimenten
un cambio de mente y corazón. Deben reconocer que no son perfectos, deben
reconocer que necesitan de Dios. Y solo así, podrán recibir al Rey de los
cielos.
Juan era la voz que clama en
el desierto, era quien preparaba el camino del Señor Jesús, el que enderezaba
su senda.
En
Mateo 3:4, se describe como Juan estaba vestido, y el estilo de alimentación
que llevaba. Juan era hijo del sacerdote Zacarías, como tal habría podido tener
la oportunidad de llevar una dieta más variada y vestirse con todos los lujos y ornamentos de
un sacerdote, en cambio, Juan vivió con mucha sencillez en cuanto a su
vestimenta y a su alimentación, pudo haber transmitido su mensaje en el templo
y en las sinagogas, en cambio, lo transmitió en el desierto, a las orillas del
rio Jordán, al aire libre, donde todo mundo independientemente de su clase
social o credo, pudiera tener acceso a su mensaje.
Lo impresionante es que en medio
de su humildad y su sencillez, la gente podía ver la genuinidad y sinceridad
del mensaje de Juan, pudo haber otras personas sencillas en su estilo de vida,
Pero, Juan tenía algo especial, y era que estaba lleno del Espíritu Santo,
había poder y palabra de Dios en él, Juan llevaba un estilo de vida conforme a
las palabras que predicaba. Y para todos era evidente que Juan tenía un mensaje
de parte de Dios, por eso, los de Jerusalén, toda Judea y toda la provincia
alrededor de Jordán, venía a donde estaba Juan.
Juan predicaba, en el
desierto que era necesario el arrepentimiento. Cuando las personas escucharon su mensaje, reconocieron que eran
pecadores y que necesitaban un cambio, el bautismo de Juan era una señal, en la
que quienes aceptaban el bautismo, estaban reconociendo, su necesidad de Dios.
Esto nos enseña que en el
arrepentimiento Verdadero, es necesario reconocer en nuestra mente y corazón,
que necesitamos volver a Dios y darle la espalda al pecado. Sin embargo, las
personas no solo se bautizaban reconociendo su necesidad de Dios, sino que
también confesaban sus pecados. Esto
nos enseña que no solo es importante reconocer nuestros pecados, sino que también
es necesario confesarlos con nuestra boca a Dios.
Muchas personas, saben que
están mal, saben que están pecando, pueden reconocer en su interior que
necesitan darle la espalda al pecado, y que necesitan buscar a Dios. Pero, no
buscan a Dios, no hablan con Dios, no le expresan su necesidad, no tienen la
suficiente humildad para confesarles con su boca sus pecados y pedirle perdón.
Dios quiere darle paz y perdón a su alma.
Pero es necesario que las personas confiesen delante de Dios sus pecados
así, como lo hicieron las personas que eran bautizadas por Juan.
Mucha gente venía a ver a
Juan predicar, entre ellos estaban los religiosos de ese tiempo entre ellos los
fariseos y saduceos. En Mateo 4:7. Se nos cuenta que estos venían a su
bautismo, es evidente que lo hicieron con las motivaciones incorrectas.
Juan, al ver que muchos de
ellos venían a su bautismo, les decía: Generación de Víboras, ¿Quién os enseño
a huir de la ira venidera?
¿Qué significaban estas
palabras? ¿Quién os enseño a huir de la ira venidera?
Antiguamente, cuando se formaban incendios forestales, se logreaba ver a las serpientes huyendo de
entre los matorrales por el fuego. Las serpientes huían del fuego, pero no
cambiaban su naturaleza. Seguían siendo víboras.
Los fariseos, eran muy
religiosos y legalistas, y algunos de ellos eran hipócritas, se escudaban bajo
una máscara de religiosidad, pero, en su interior, estaban llenos de orgullo.
Muchos de ellos seguían el camino de la religiosidad, para salvarse, pero, al
igual que las víboras no experimentaban un verdadero cambio. Por esto Juan los
compara, como Víboras.
Hoy en día, en nuestras
iglesias. Hay muchas personas que se comportan como los fariseos, que por
llevar un estilo de vida religioso, haciendo buenas obras, sirviendo en un
ministerio, piensan que están bien delante de Dios. Realmente, Nada de esto
tiene sentido, si no son humilde para reconocer su necesidad de Dios, si no
reconocen sus faltas, si no confiesan sus pecados. Estas personas se comportan
como Víboras que buscan huir de la ira venidera a través de buenas obras. Estas
personas necesitan saber que necesitan experimentar un cambio de actitud. Que
necesitan arrepentirse.
Muchas personas intentan,
huir de la ira de Dios, como lo hacían los fariseos, comportándose como
víboras. Pero, Juan explico, que en el arrepentimiento verdadero, no podemos
seguir comportándonos como víboras, tenemos que dar una muestra de un verdadero
cambio, a lo que juan llamo: Frutos dignos de arrepentimiento.
Algunas personas, reconocen
sus pecados, sienten pesar por haber pecado, confiesan sus pecados, piden
perdón, todo esto es necesario en el arrepentimiento. Pero, también es
necesario, hacer frutos dignos de arrepentimientos, esto significa que después
de haber hecho todo lo anterior, la persona debe tomar la decisión, de darle la
espalda al pecado, y de luchar con todo para cambiar.
Los fariseos, no estaban
dispuesto a cambiar de actitud frente al pecado. Por esto, Juan les dice: “Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham
tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a
Abraham aun de estas piedras. Mateo 3:8-9.
A medida, que se acerca el
final de la predicación de Juan en Bautista en Mateo 3:10, Juan dice: Y ya también el hacha está puesta a la raíz
de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado
en el fuego.
Esto no es un juego, es algo
muy serio. Juan explico, que el tiempo se acaba, si la persona, no da frutos de
arrepentimiento llegará el tiempo que esa persona será cortada de la tierra, y
será echada en el fuego.
Juan finaliza su predicación
con este mensaje: “Yo a la verdad os
bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado
yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su
trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará”. Mateo
3:11-12.
El heraldo, la voz en el
desierto, concluyo su mensaje diciendo que nuestro Señor Jesucristo, el rey,
que venía tras él, era más poderoso que Juan, Jesús el rey bautizará con Espíritu
Santo y fuego. Y que Jesús el Rey, el juez justo, separará a los que dan frutos
de arrepentimiento de los que no, a los que son trigo, los limpiará, los
recogerá en su granero, y a los que son paja, que no dan frutos de
arrepentimiento los echará en el fuego que no se apagará.
Esto
nos enseña acerca de Jesús:
- ·
Que Jesús es el Rey.
- ·
Que Jesús bautiza con Espíritu Santo y fuego.
- ·
Que Jesús es justo, y hará justicia.
Para
reflexionar y meditar:
·
¿Has recibido y creído en Jesús el Rey, como
el Señor y salvador de tu vida? ¿Cómo sabes que si? ¿Cómo sabes qué no?
·
¿Te cuesta reconocer tus faltas, tus errores
o tus pecados? ¿Cómo sabes cuándo cometes una falta a Dios o a otros? ¿con que
frecuencia te das cuenta que fallas?
·
Cuando te das cuenta que has fallado.
¿Sientes dolor o pesar por tu falta? Habla con Dios y pregúntale ¿En que he
fallado? Toma tiempo para meditar. Cuando tengas la respuesta. Piensa: ¿Cómo me
hace sentir esta falta?
·
¿Eres humilde para reconocer tus pecados
delante de Dios y de tu prójimo a quien le hayas fallado? ¿Cómo sabes que si?
¿Cómo sabes qué no? Autoanalízate, se sinceró contigo mismo y con Dios. Si no
logras encontrar tus fallas, pídele a alguien maduro, que te conozca, que sea
sincero contigo y que te diga en qué áreas de tu vida a la luz de la palabra de
Dios necesitas cambiar.
·
Piensa, en tus debilidades, en las áreas
donde eres propenso a fallar. ¿Estás dispuesto a renunciar a los malos deseos
que el mundo ofrece, a los malos deseos de tu corazón. A los malos pensamientos
de tu mente, a las pasiones desordenadas de tu cuerpo, a morir a ti mismo para
vivir para Cristo? ¿Cuándo lo vas hacer? ¿Cómo lo vas hacer?
·
¿Entiendes la gravedad de no tener una
actitud de arrepentimiento que caracteriza a los hijos de Dios, de dar frutos
dignos de arrepentimiento? ¿Entiendes que Dios es amorosamente justo, y que
cada día es una oportunidad que Dios da para cambiar, pero, que si la persona
no cambia recibirá el juicio y la ira de Dios?
¿Desde donde nos visitas?
ResponderBorrarHay personas de Irlanda, Alemania, República Dominicana, Estados Unidos, México, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Guatemala, Puerto Rico, España, Bélgica, India, Egipto, Ecuador. Y de otros lados del mundo.
Me gustaría conocerlos y orar por ustedes.
Bendiciones Juan Pablo
ResponderBorrarLa Palabra de Dios no volverá vacía
Dios le bendiga. Muchas gracias por su aporte. No puedo ver quien me escribe. ¿Podría por favor decirme su nombre?
BorrarAmén. Grandioso mensaje Juan Pablo, Dios te continúes bendiciendo cada día más.
ResponderBorrarGracias, mamá.
BorrarGracias por esta enseñanza sobre el verdadero arrepentimiento.
ResponderBorrarMuchas gracias Anair, por tomarte el tiempo de leerlo y comentarlo. Es mi deseo que sea de bendición. Gracias por tu apoyo.
BorrarDios te bendiga y siga preparando tu vida y tu ministerio en la evangelización,saludos. Abel.
ResponderBorrarHola mi hermano, muchas gracias por tu apoyo, al tomarte el tiempo de leerlo y comentar. Eso ayuda mucho.
BorrarAmén, maravilloso mensaje. Gracias por mostrar esta impresionante enseñanza sobre el arrepentimiento y ayudarnos a ver la necesidad de vivir continuamente arrepintiendonos día tras día. Dios te siga bendiciendo.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario. La verdad es de mucha bendición sus palabras. Me animan ha seguir compartiendo estas enseñanzas. Dios le bendiga.
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